domingo, 2 de enero de 2011

HIPOCRESÍA Y CEGUERA GLOBALIZADA

Es asfixiante el nivel de extrema ceguera indolente que existe en el mundo; ver tanta hipocresía e impunes atrocidades que embotan por cansancio la mente de cualquiera.

A nivel globalizado, hay un juego complicado e inexplicable entre aquellos que de una manera u otra tienen que ver con el destino de muchas personas: líderes sociales, políticos y religiosos, empresarios y transnacionales.

Las grandes organizaciones internacionales entre países y las organizaciones no gubernamentales que supuestamente están destinadas a proteger los intereses de libertades y respeto a los derechos humanos han sido penetradas y contaminadas con la fuerza doblegadora del dinero.

Estamos presenciando una prostitución globalizada de dirigentes y organizaciones internacionales; el común denominador más resaltante es la hipocresía: muchos hacen ver lo que no son y muchos esconden lo que realmente son; el aparentar ser un bastión de los valores y ética siendo al mismo tiempo un depravado soterrado, les da un placer orgásmico. La repetición de la frase “defender las instituciones democráticas” da francamente nauseas por cuanto la realidad es otra.

Muchos de estos personeros hablan hasta el hastío sobre los derechos humanos, sobre las libertades y la democracia pero la realidad es otra y lo que ocurre en la práctica es muy distinto al discurso hipócrita. El mundo actual esta energizado por la ambición del dinero y el poder; al mismo tiempo, las sociedades de todas partes del mundo están perdiendo velozmente las reivindicaciones y derechos adquiridos durante muchos años.

El exceso de dinero del cual disponen algunos tiranos en el mundo logra comprar y doblegar las pútridas almas de muchos dirigentes de organizaciones internacionales.

La contrapartida social es que una gran mayoría no quiere ver la realidad en la cual viven y en parte es debido al poderío que va adquiriendo el sistema económico mundial; es como una gigantesca máquina con una fuerza de inercia demoledora y aquellos que se distraen un instante, reflexionando sobre esa realidad pierden ventajas frente a otros que están imbuidos en sus trabajos hipnotizantes; es como una competencia de carrera muy rápida en la cual nadie se puede distraer.

El sentimiento de distinguirse frente al vecino, poseer y llegar a ser más que otros deprava, desnaturaliza y corrompe la mente y ello no es más que una vanidad desenfrenada.

Instituciones y organizaciones tanto de países como internacionales exudan un nivel de seriedad y responsabilidad francamente asombroso pero la realidad, muy bien disfrazada y camuflada, es otra; esas exudaciones no son más que pus del ego enfermo. En esa batalla por demostrar quién es el más hábil o exquisito en el arte de la hipocresía, todos se sienten triunfadores.

Secretarios generales de organizaciones de países se muestran muy complacientes frente a gobiernos sin democracia de desempeño y sin embargo manifiestan un descarado rechazo frente a gobiernos de países que luchan por vivir en autentica democracia; ¿Qué hay detrás de ello?, no hay que rebanarse mucho el seso: dinero y poder con grandes dosis de hipocresía.

Presidentes de países democráticos coquetean con dictadores de países que hacen ver que desempeñan democracia, solo por el atractivo del dinero y la defensa de los intereses de sus transnacionales en esos países. Eso sí, estos seudo presidentes se llenan la boca presumiendo en sus discursos de ser paladines de la democracia, la pulcritud moral y respeto a los derechos humanos; farsantes de oficio.


Los seres humanos somos sumamente extraños y no nos damos cuenta; más aun, todo nos parece normal y pensamos que no podríamos ser de otra manera.

Me ocurre a menudo que siento estar viviendo en un mundo de fantasía, un mundo irreal que parece de sueño, más bien de pesadilla; pero no, esa es la realidad.
Hay una separación absoluta entre la realidad, lo que es o lo que sucede y el mundo de las ideas, del discurso y del hablar.

4 comentarios:

Sergio DS dijo...

Comparto tu reflexión. Intereses políticos -el pur(t)o voto- e intereses sociales (miles), pero no los que satisfacen los políticos, no se alinean ni por asomo, y la sociedad en general está en la parra. Es el mundo ciego y sordo en el toca vivir. Pese a eso, el ser humano (si no de aborrega) sigue siendo cojonudo. Feliz año!!!

Mara dijo...

Feliz Año Sergio y te deseo lo mejor en el 2011

Lino Moinelo dijo...

Desde luego que el ser humano cuando no se aborrega, es una maravilla.

El problema Mara, es que a los seres humanos no nos va bien tener el poder al alcance de la mano. Por eso es en los países donde se han construido democracias sólidas (no muchos) poseen instituciones en donde el ciudadana participa (o tiene la oportunidad de hacerlo) y el poder no reside en una sola institución controlada por una casta política cerrada, como ocurre en España. Sin embargo, a nivel internacional, no existen mecanismos de límite al poder, ni mecanismos de participación ciudadana, porque no hay un gobierno mundial.

No comparto ese disgusto por el dinero. Este no es más que la herramienta de la que se sirve el poder para llevar a cabo su influencia. Lo que antes era el poder militar y el miedo, ahora lo hace la avaricia y la egolatría. Pero no es el dinero el culpable, sino las personas.

Desgraciadamente, lo único que se está globalizando es el poder económico, y es por esto por lo que el dinero y los intereses que conlleva es lo que geopolíticamente gobierna. Pero esto no significa que la globalización sea mala, lo que pasa es que hay que caminar hacía un gobierno mundial donde la gente pueda decidir, y no lo haga el dinero. Un gobierno mundial democrático.

Saludos y feliz año.

Mara dijo...

Muy acertado tus comentarios Lino; el dinero en si no es nada sino las personas que se dejan hipnotizar por él; yo simplemente trato de indicar que la humanidad esta ilusionada con el dinero y pierde la perspectiva de la realidad y la vida; el dinero bien utilizado es la mejor herramienta para crear bienestar pero la ambicion humana la convierte en un arma de doble filo.
Te deseo que este año sea maravilloso y de mucha prosperidad para tí.