domingo, 15 de noviembre de 2015

RICO Y MENDIGO

Las atracciones inician la ceremonia; los olfatos se buscan y revisan mientras los rabos vibran en creccendo de la incontrolada emoción; la ansiedad desesperada hace danzar muchas almohadillas.
El amo repulsivo y el indiferente feliz esperan pacientemente el encuentro de la atracción. Situación incomoda para uno y para el otro asunto de diversión.

Ignorantes de sus condiciones, el mugriento con empegostado pelambre acaricia al aristocrático y sedoso pelaje mientras al mismo tiempo dos miradas se entrecruzan; una, con asco visceral desgarraba el ambiente y la otra, llena de satisfecha felicidad por tan oportuna igualación en el encuentro.

El remolino de olores se alterna sobrepasándose uno con otro; agria pestilencia con delicias de aromas balsámicos se intercambian crispando el olfato; finos linos y harapos deshilachados se acercan mas que nunca en esa ocasión; instante inexplicablemente impactante.

Lo encopetado y lo andrajoso se toparon fortuitamente por unos instantes; meneando sus rabos ellos se fueron satisfechos mientras que los orgullos dispares y repelentes se alejaron disimulando la tremenda emoción del encuentro.

REFLEXION: los animales carecen del sentido de comparación los que los dota de carencia de envidia y vanidad. El pensamiento hace la diferencia y los humanos son las únicas criaturas dotadas de pensamiento.