miércoles, 3 de diciembre de 2008

El dictador y sus lacayos hipnotizados

El asunto ya no es reflexionar y pensar sobre la personalidad del dictador; ellos están más que estudiados; siempre habrán por el mundo aunque sean pocos. El asunto es mas bien porque un individuo sigue con vehemencia al dictador, al tirano; y no me refiero al seguidor que saca provecho del dictador; esto es hasta comprensible por razones de egoísmo acomodaticio; me sorprende ese seguidor que no solamente no saca provecho sino que sus condiciones de vida van cada vez peor por culpa de aquel que él admira y sigue. Para colmo, los tiranos sienten una morbosa propensión a ser cínicos, hipócritas y crueles con todos aquellos que les siguen y, los seguidores, ni se dan cuenta; y si se dan cuenta, pareciera que sienten un morboso placer masoquista a ser humillados y maltratados por su líder; lo disfrutan a conciencia plena. El lema de estos fanáticos es casi seguro que sea: sin mi líder estoy muerto en vida, me dejare hacer lo que sea por él.
¿Qué les hace ser así?, ¿que tiene en su mente y en su conciencia para actuar así?; ¿acaso tienen el alma seca?; hay muchos individuos con esas cualidades y llegan a ser tantos que hacen todo un estrato social caracterizado y muy bien definido, con un peso potencial nada desechable.
Por ello es que la máxima aspiración del tirano es cultivar esta clase social que le da fuerza, apoyo y poder; claro esta, no por la valía intelectual (no es un desprecio, es una realidad) sino por el número y el grueso de la masa.
El asunto me llama mucho la atención y es todo un fenómeno de la psicología social; un fenómeno que tiene graves consecuencias en el desarrollo, progreso y bienestar de los pueblos. Lo peor y más patético de todo este asunto es que también hay muchas personas que no están de acuerdo con el tirano pero tienen que tragárselo por culpa de los sumisos e hipnotizados seguidores del dictador.
Todo lo que dice y propone el tirano es aceptado como dogma de fe por esta casta social que jamás tiene la mas mínima autoestima como para meditar por lo menos un minuto; quizás sea un asunto de carencia y capacidad.
Este fenómeno ha tomado relevancia cada vez mayor a medida que se desvirtúa y degenera la significación práctica de la democracia. La democracia ha degenerado en los últimos tiempos por causa de los intereses de poderosísimos grupos económicos y los gobernantes no han soportado el impacto corruptor con lo cual han sucumbido ante tal fuerza avasalladora.
Regresando al punto importante de la idiosincrasia de esta clase o casta social; quizás se deba a la necesidad muy grande que tienen algunas personas a tener un líder para poder llevar sus confusas vidas con comodidad y con aparente ausencia de miedo; es muy cómodo para algunos individuos ser guiados por un líder, bien sea religioso o político; la toma de decisiones es muy angustiante para muchas personas que prefieren sin vacilaciones seguir los consejos y mandatos errados y aberrados del líder que, la toma de una decisión personal aun siendo correcta. Los tiranos tienen además la increíble capacidad de torcer y destrozar cualquier principio moral y ético de los individuos; esto significa, en otras palabras, que un individuo será capaz de hacer lo que sea si el tirano se lo pide; asesinar, robar, violar; lo que sea.
La historia ha mostrado este fenómeno muchas veces y se ha manifestado hasta en clases sociales de nivel cultural aceptable. También es obvio y mas que visible que muchos de estos individuos poseen una fuerte carga de eso llamado resentimiento; esta forma de pecado capital se adquiere desde la juventud, cuando las humillaciones mezcladas con la envidia y la frustración degeneran en un odio crónico radical; cuando llega el líder que conoce estos principios y debilidades, se aprovecha de ello con sorprendentes resultados. No hay nada más poderoso y efectivo que la explotación de los sentimientos de frustración y odio. Los seguidores hipnotizados se sienten reivindicados con los mensajes lacerantes del líder, quien para colmo de hipocresía e iniquidad siempre busca a un enemigo para echar la culpa de las desgracias de estos infelices seres; un enemigo creado con magistral habilidad maquiavélica y que casi siempre es el objetos de sus viscerales envidias y frustraciones. Estos enemigos son generalmente una clase social que se esforzó, se preparo y no le tuvo miedo a la vida para progresar.
Algunos que lean esto dirán: es un asunto de oportunidades y en el medio donde viven no pueden prosperar ni escapar de el; es como si estuviesen condenados y atrapados en medio de la miseria. Como contrapartida, dirán además: para las clases sociales aventajadas es muy fácil salir adelante, estudiar, prepararse y enfrentarse al mundo para obtener mucho y con éxito.
Si, hay que reconocer que las oportunidades hacen mucho para escalar rápidamente pero también es verdad que la actitud de odio y resentimiento frente a la vida empaña la visión, las expectativas y perspectivas para enfrentarse a ella; mas aun, esa actitud aunada a la del dictador, nefasta simbiosis, les hace perder toda posibilidad de atisbar el camino correcto para mejorar sus vidas y los embarranca al peor de los fracasos, sufrimientos y desgracias. Sin embargo, aun cayendo en peores estados de calidad de vida, ellos se sienten orgullosos de pertenecer al clan del líder a quien amaran y apoyaran de manera incondicional e irrestricta, sin reclamarle ni exigirle nada, claro esta, mientras el motor del resentimiento, frustración y odio este en pleno funcionamiento.