miércoles, 31 de julio de 2013

BANCA ESPAÑOLA MINI NOTICIAS

El Estado da por perdidas la gran mayoría de las ayudas a la banca
El fondo de rescate admite que ha perdido 36.000 millones de los 52.000 inyectados en las cajas nacionalizadas
El fondo estatal contabiliza un deterioro de sus inversiones de 25.000 millones
La historia del rescate de las antiguas cajas nacionalizadas es un cúmulo de malas noticias. Y lo peor es que las últimas siempre superan a las anteriores por desgracia para el contribuyente, que es el principal pagano. Este viernes se conocieron las cuentas de 2012 del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que asume que se perderán la mayor parte de las ayudas a la banca. La conclusión es que el fondo de rescate da por perdidos 36.000 millones de los 52.000 millones que inyectaron el año pasado en Bankia, Novagalicia (NCG), Catalunya Banc, Banco de Valencia, Caja España Ceiss y BMN. Son unas cifras similares a los recortes en Sanidad y en Educación.
En tres años el fondo de rescate ha perdido casi 37.000 millones
En proporción al tamaño, Catalunya Banc es la que más costará al ciudadano
En términos absolutos, el mayor deterioro de 2012 corresponde al Banco Financiero y de Ahorros (BFA), el grupo de Bankia, con 9.176 millones, seguido por Catalunya Banc (6.674 millones), Banco de Valencia (5.498 millones), Novagalicia Banco (3.091 millones), Caja España CEISS (525 millones) y BMN (241 millones).

(TOMADO PARCIALMENTE SIN MODIFICACIONES, DEL PAIS DE ESPAÑA ECONOMIA)


El gran hachazo al bienestar
Al menos 15.000 millones se han evaporado de las cuentas para políticas sociales
¿Es solo crisis o también ideología?

La casa es bastante nueva, pero se agrieta. Mientras sus empobrecidos inquilinos sufren un deterioro creciente, el casero recorta el mantenimiento, sube la renta e incluso vende algunas partes del inmueble. Esa casa común es el Estado de bienestar español, la principal herramienta para la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Ahora padece el mayor hachazo de su corta historia. Al menos 14.885 millones de euros, equivalente al 1,5% del PIB, se han evaporado de las cuentas de las Administraciones central y autonómicas desde 2010 —y eso sin contar los presupuestos autonómicos de 2013 en sanidad, ni el recorte total en servicios sociales— según la estimación elaborada por EL PAÍS.
Desarrollado desde la Transición y ahora acogotado: las tijeras presupuestarias, afiladas con las reformas impuestas por la UE, rebajan, dificultan o encarecen el acceso a los beneficios sociales del Estado de bienestar. Es la crisis, sí, pero también la ideología, coinciden varios expertos que ven de trasfondo la batalla entre el modelo tradicional europeo de bienestar y el neoliberal.
Para los ciudadanos, con el bolsillo estrujado e inmersos en un mar de incertidumbre y eufemismos —al recorte se le llama ahorro, a la privatización, externalización—, crecen las dificultades. Al aumento del paro y las rebajas de los sueldos se añade una mala noticia tras otra: las ambulancias dejan de ser gratis, hay que pagar más por los medicamentos, la escuela pública pierde recursos, la universidad es más cara, los ancianos mueren esperando su ayuda por dependencia.
“Si se necesita cortar, hay que hacerlo, el problema está en por dónde se corta”, afirma uno de los grandes estudiosos a nivel global del Estado de bienestar, el danés Gosta Esping-Andersen. Y en ese terreno España, con una situación “brutal”, suspende. “Es preocupante la falta de una estrategia de prioridades. Me da la impresión de que los recortes se hacen a ciegas, sin pensar en las consecuencias a medio plazo”, advierte el analista nórdico, profesor en la Universidad Pompeu Fabra. “No ha habido tiempo para reflexionar. Los objetivos de déficit marcados por la UE han obligado a tomar medidas rápidas”, admite el director general del Imserso, César Antón, experto del PP en bienestar social.
“En Escandinavia, lo último que se tocaría es la educación infantil y primaria. No se ve como un gasto, sino como una inversión. En España es al contrario: es un área con un recorte brutal que pagan los niños con dificultades en términos de igualdad de oportunidades”, puntualiza el experto nórdico, profesor de la Universidad Pompeu Fabra. Abundan los botones de muestra: el Gobierno ha frenado en seco la financiación para las nuevas escuelas infantiles y va a cancelar los planes contra el abandono escolar o las clases de refuerzo. A estos recortes se suman otros mucho más relevantes, los de las comunidades autónomas. Los tijeretazos afectan a todo el entramado: menos profesores y más alumnos, ayudas de libros o de comedor en picado, tasas universitarias encarecidas hasta en 500 euros.
La sanidad perdió 7.400 millones; la educación, otros 6.400 millones
Es la educación, sí, pero también es la sanidad.“Los recortes del gasto público en salud trasladan servicios al sector privado. El riesgo a medio plazo es un deterioro del servicio público y un reforzamiento del dualismo del sistema, con un éxodo de las clases pudientes a la sanidad privada”, advierte Esping-Andersen. Y una estigmatización creciente de lo público, añade González Rodríguez. “En sanidad, se introducen mecanismos de mercado para abrir paso al sector privado con el argumento de que la sanidad pública es menos eficiente, lo que no está probado. Hay que hacer mejoras en su eficiencia, pero no es necesario privatizarla”, plantea De la Rocha.
El cambio de paradigma está a la vuelta de la esquina. “Vamos hacia un modelo de una mayor desigualdad, gestionado por un Estado asistencial que sobrecarga a la familia y que hace al individuo responsable último de los riesgos de su existencia”, advierte Gregorio Rodríguez Cabrero, catedrático de la Universidad de Alcalá. Está convencido de que los recortes pueden causar un deterioro “irreversible” de los servicios.
 “España se gasta mucho menos de lo que debería y podría. El PIB per cápita ya es el 94% del promedio de los países de la UE-15, el grupo de los más ricos. En cambio, el gasto público social por habitante es solo el 72% del promedio”.
Esos argumentos no frenan las manos que mueven las tijeras. Aunque las ONG adviertan de que se tardará 20 años en recuperar lo perdido y de la creciente brecha entre ricos y pobres.
Con información de Emilio de Benito, J. A. Aunión, Carmen Morán y Alejandro Bolaños.

(TOMADO PARCIALMENTE SIN MODIFICACIONES, DEL PAIS DE ESPAÑA SOCIEDAD)


Bruselas advierte de serios riesgos sobre la banca española por la recesión
El tercer informe de la troika sobre el recate financiero avisa de los efectos que tendrá sobre el sector la nueva regulación y el propio ajuste del sector



“La banca española sigue siendo vulnerable tanto por sus problemas propios como por el potencial efecto contagio desde la economía real”, con la morosidad y el paro al alza, y las condiciones de solvencia de las empresas a la baja. La troika advierte de que puede formarse un círculo vicioso: la banca ha secado el grifo del crédito y eso dificulta la recuperación. Sin una economía pujante, el principal riesgo es que el valor de los activos se deteriore, y vuelta a empezar: las entidades prestarán menos ante la necesidad de capital.
La banca española sigue siendo vulnerable tanto por sus problemas propios como por el potencial efecto contagio desde la economía real”

Ese potencial deterioro de los activos es una de las grandes preocupaciones de la troika. La banca ha mejorado sus resultados en el primer trimestre de este año, pero Bruselas ve riesgos de deterioro en los balances por la reciente decisión del Tribunal Supremo sobre lascláusulas suelo, y por las amenazas sobre la estabilidad del sistema financiero por la iniciativa antidesahucios de Andalucía. La nueva normativa del Banco de España sobre refinanciaciones tendrá también consecuencias negativas sobre los beneficios. Además, “una prolongación de la tendencia negativa en el desempleo, la renta disponible y la solvencia de las empresas eleva los riesgos, especialmente en los bancos más débiles”. Los bancos más débiles son las cajas nacionalizadas y los que se quedaron al borde del grupo que no tenía suficiente capital en el examen previo a las inyecciones procedentes de los socios europeos, que sumaron 41.500 millones de euros.
Pese a la mejoría en el acceso a los mercados de la banca española, el crédito no fluye. Los préstamos al sector doméstico no financio cayeron el 8% hasta abril. El crédito a las empresas descendió el 19,5%. Ese retroceso “refleja el reequilibrio de la economía y las incertidumbres de una economía frágil, que dificulta la inversión a largo plazo y reduce la demanda solvente de préstamos”, dice el informe, que en general achaca el cierre del grifo del crédito a “problemas de oferta y de demanda.

(TOMADO PARCIALMENTE SIN MODIFICACIONES, DEL PAIS DE ESPAÑA ECONOMIA)



El Eurogrupo certifica las limitaciones a la recapitalización directa de bancos
España descarta esa medida para evitar que el Mede entre en las entidades



“Afirmamos que es imperativo romper el círculo vicioso entre bancos y emisores soberanos”. Así se expresaban los Veintisiete tras la cumbre de hace justo un año: con la habitual fanfarria y las grandilocuentes palabras con las que se reviste Europa en los momentos críticos, los socios del euro abrían la puerta a recapitalizar directamente los bancos, incluso con efectos retroactivos, una vez que el BCE se convirtiera en supervisor bancario. Esa medida se interpretó como una derrota de Alemania, como un alivio para Irlanda y España, casi como un adiós a la crisis del euro. ¿Adiós? Desde entonces, los líderes no han hecho más que retrasar todos los pasos necesarios para romper esa endiablada relación entre crisis financiera y crisis de deuda pública. Sin la presión del mercado, Europa pierde fuelle: el Eurogrupo, con los ministros de Finanzas del euro en Luxemburgo, ultimaba anoche el penúltimo revés a la recapitalización bancaria con dinero europeo. Finalmente, habrá una potencia de fuego limitada, unos 60.000 millones, y sujeta a condiciones tan restrictivas que España, por ejemplo, ni se plantea sacar partido de esa opción.

El ministro español Luis de Guindos descartó este jueves que el Gobierno vaya a pedir esa medida. Por varias razones: en primer lugar, porque España está “perfectamente cómoda” en la situación actual, con los poco más de 40.000 millones gastados en el rescate financiero. Fuentes de Economía apuntaron que, además, el Gobierno no está interesado en esa opción porque no quiere que el mecanismo de rescate europeo (el Mede) entre como accionista de las entidades en las que inyecte capital.
La opción elegida impide romper el vínculo entre crisis financiera y deuda

Las líneas maestras están claras: los fondos destinados a la recapitalización directa del Mede se limitarán a una horquilla que va de 50.000 a 70.000 millones. El acuerdo diluye los efectos de la recapitalización directa, de manera que es más que discutible que sea capaz de romper el vínculo entre banca y deuda soberana. Por un lado, esas cifras pueden ser insuficientes si, como se teme, el BCE pone en marcha un duro examen de la calidad de los activos bancarios antes de erigirse en supervisor. Por otro, el país beneficiario de la recapitalización para sus bancos deberá costear entre el 10% y el 20% del dinero. Solo se podrá pedir como último recurso: después de que paguen los accionistas y acreedores (todos, menos los depósitos inferiores a 100.000 euros), y cuando el Gobierno de turno no pueda inyectar los fondos para rellenar los colchones de capital sin ver peligrar su viabilidad fiscal. Solo valdrá para entidades que puedan poner en peligro a toda la eurozona. Y la recapitalización apenas podrá tener efectos retroactivos: adiós a la posibilidad de que España se quite de encima parte de los 40.000 millones de dinero europeo que se ha anotado en su deuda pública.
Todas esas son las condiciones que Berlín quería: la derrota alemana de hace un año era un espejismo. Y deja en agua de borrajas aquel pomposo “afirmamos que es imperativo romper el círculo vicioso entre bancos y emisores soberanos”.
(TOMADO PARCIALMENTE SIN MODIFICACIONES, DEL PAIS DE ESPAÑA)


El Banco Santander gana en seis meses casi tanto como en todo 2012

El beneficio crece un 29% en el primer semestre, hasta 2.255 millones

La mora en España sube al 5,75% al reclasificar 2.000 millones refinanciados como morosos

La entidad continúa reduciendo el crédito en España

Marín descarta ampliar capital y mantiene por ahora su política de dividendos

El Banco Santander ha cerrado el primer semestre de 2013 con un beneficio atribuido de 2.255 millones de euros, lo que supone un aumento del 29% con respecto al mismo semestre de 2012, importe queprácticamente equivale al beneficio de todo 2012, que fue de 2.295 millones. La diferencia la marcan las menores necesidades de provisiones y saneamientos en comparación con 2012, cuando se limpió la cartera inmobiliaria en España. El resultado del negocio ordinario cae en casi todos los países principales donde el banco está presente.
(TOMADO PARCIALMENTE SIN MODIFICACIONES, DEL PAIS DE ESPAÑA, ECONOMIA)