jueves, 15 de agosto de 2013

DEMOCRACIA, POLÍTICOS Y LUCHA DE CLASES

Lucha de clases y el manifiesto comunista son puras falacias, utopías y distorsiones de la realidad.

La lucha de clases sociales es un purgante (laxante) en muchas mentes estíticas (estreñidas).

La verdadera lucha de clases es la lucha entre todos aquellos que tienen ambiciones. El aspecto más importante es que todos, absolutamente todos los seres humanos tenemos ambiciones; unos tienen más y otros tienen menos pero ahí está la esencia del asunto.

Actualmente, desde mi punto de vista, la lucha de clases es la lucha de la elite gobernante y la sociedad, sin importar si se trata de un sistema capitalista o comunista. La elite que gobierna es ambiciosa y quiere dinero, privilegios y poder y se aprovechan de las masas con consignas psicológicas que despiertan los complejos y problemas de auto estima de los “desvalidos” y además, frustraciones de ambición: del que no tiene pero tiene envidia.

Los gobernantes modernos se disfrazan de demócratas pero son realmente tiranos por el simple hecho que no respaldan a las masas sociales sino, más bien, a los grupos poderosos económicos de los cuales son socios y aliados. En otras palabras, los gobernantes llegaron al poder por la ambición constante y obsesiva.

Los grupos económicos poderosos no actúan visiblemente en la política sino más bien de manera subrepticia utilizando a los políticos de profesión (simbiosis de intereses). Poco a poco avanzan los malestares y la pérdida de reivindicaciones logradas y comienzan las protestas. Lamentablemente, en la mente de muchos jóvenes vienen ideas “muy bonitas” pero utópicas inducidas y engañados por manipuladores, ambiciosos y adoradores del poder. Todos los seres humanos somos ambiciosos, vanidosos y envidiosos; cuando se nos frustra esta propensión, vienen nuestras reacciones de todo tipo; acción y reacción. Nos ponemos camisas de guerrilleros redentores, etc..

Realmente existe un abuso de los poderosos del dinero; sin embargo el punto fundamental es que las elites gobernantes son aliados, socios de ellos y lo permiten. Por otra parte, las alternativas opcionales son iguales o peores: comunismo, socialismo XXI y otras excentricidades que no son soluciones sino más bien ambiciones del poder y dinero.

¿Qué es el populismo?, simplemente enardecer a una parte de las clases sociales acomplejadas y ambiciosas, que están frustradas porque no logran sus metas y así obtener un beneficio de poder. Unos cuantos mensajes claves los alborotan y “despiertan” (más bien, los atontan y adormecen). El populismo es ofrecer y prometer al pueblo mejoras en su bienestar y calidad de vida que generalmente no son sustentables ni sostenibles; siempre, los ofrecimientos populistas son meros engaños.

Aquellos hermosos tiempos de la España de la Democracia, la libertad y del estado de bienestar, eran la envidia de muchos países, pero no siempre todo va bien todo el tiempo y el estado de bienestar se convirtió en estado de mucho malestar. Todo se revirtió.

La dirigencia de la Comunidad Económica Europea habló claro y tajante: estamos aquí para defender los intereses de los poderosos; es lógico que sea así porque los fundadores e ideólogos no eran precisamente siervos de la gleba.

Bruselas apoya al igual que el FMI una rebaja de salarios del 10 % con la estúpida excusa que la medida crea empleo. Claro está, los grandes ejecutivos de todos estos organismos, los politicos y los burócratas no asumen esa medida de recorte para ellos mismos. Hay un refrán latino americano que resume muy bien este asunto: “cuchillada en barriga ajena no duele”.

Es interesante comentar que las transnacionales más grandes de España están haciendo grandes fortunas en otros países, sin dejar utilidades en España.

A estas alturas de mi vida el concepto de Democracia se me ha hecho inentendible; pienso que nunca existió y nunca existirá; es una utopía, una falacia, un engaño que unos pocos le hacen a la gran masa. La supuesta democracia debe ser vigilada constantemente por la mayoría, pero la mayoría es indiferente y la realidad es catastrófica.

Los seres humanos somos egoístas y solo pensamos en nosotros mismos; somos las únicas criaturas conocidas del universo que somos así; muchas criaturas, por ejemplo, muchos insectos trabajan para un bien común.

El asunto del dinero siempre es el mismo: los banqueros reciben dinero muy barato de los contribuyentes y ahorristas; luego compran deudas públicas en complicidad con los políticos que gobiernan y así obtienen grandes utilidades sin riesgos porque el BCE vuelve a comprar todo aquello que es de baja utilidad.

Siguiendo con el tema de la Democracia, las discusiones en el parlamento son puramente políticas y nunca representan a las mayorías. El parlamento es simplemente un lugar de luchas políticas entre los partidos para obtener poder y dinero; jamás representan y defienden al colectivo social.

La actuación de la banca, transnacionales y los grandes gestores del capitalismo, incluyendo burócratas del estado son los responsables de las crisis económicas.

Mi conclusión final: no existe la lucha de clases planteada por Marx sino más bien la lucha de los gobernantes (políticos) con sus aliados invisibles (grupos económicos poderosos y, el llamado pueblo (ignorante, ingenuo e indiferente).