lunes, 23 de noviembre de 2015

HOJAS VACIAS

La mirada se resbala sobre el papel plagado de palabras secas, como las hojas del otoño frío; embelesado y con los ojos acuosos, borbotones de sentimientos afloran de la tierra del alma angustiada.

Palabras vacías recubiertas de encanto y sabor, dan emoción y ganas de vida; ¿vida y emociones vacías?; igual que el agua pútrida con que se riega el huerto, la marchites prospera.

Hay que reconocer la asombrosa energía que prodiga lo viejo y mustio en algunas almas adoloridas; energía que también poseen los destructivos huracanes y sismos.

Lecturas y palabras vacuas motivan al alma que agoniza dentro del cuerpo pleno de energía; es como la muerte en vida, de aquel que deambula ilusionado por el desierto plagado de espejismos.
Que lejos están los oasis en la mente ilusa y perdida.

La nostalgia y melancolía son crueles compañeros al igual que las emociones baldías.
Lo sagrado!  Lo sagrado!, palabra mágica que enciende pasiones y prende rencillas.
Muletas, apoyos y sostenes son requeridos para proseguir la vida del débil y enclenque de espíritu.

Lo feo nace de lo bello.
Y la  violencia nace de las emociones contaminadas y confundidas al igual que el veneno de la colorida y hermosa serpiente; lo hermoso no justifica el caos como tampoco las bellas palabras vacías.

Afanosos empecinados enredan las palabras con la realidad y lo vacuo con la vida y así transcurren con sus penosas existencias; la confusión y el caos se esparcen como pelusas que lleva el viento; pero lo que se lleva el viento, algún día sedimenta y germina.  

Lo sagrado no esta plasmado en las hojas mustias sino en la actitud pura con que se mira, se escucha y medita.
Lo sagrado esta en un instante de vida que abandona al embarrado recuerdo nostálgico. Un instante vacío parecido al absoluto olvido.

¿Quién podría atreverse a demostrar que la palabra vacía es más importante que la vida en paz y tranquila?