sábado, 14 de enero de 2012

LOS PUEBLOS Y SUS ERRORES

Las torpezas y los errores de los pueblos tienen trayectoria y trascendencia histórica; son propensiones contumacicas adheridas a las fibras genéticas más profundas; la dejadez, la laxitud y la ignorancia conducen al fracaso. Hoy en día y debido en gran parte a la tecnología y tecnocracia se producen esclavitudes muy sutiles; el individuo de la modernidad es esclavo de un sistema invisible e incomprensible; es presa de un sistema extremadamente poderoso y hábil que dispone de todos los recursos para evitar la emancipación y libertad de los ciudadanos.

El poder mágico que tienen el dinero y las cosas convierten a estos en dioses del cual todos en mayor o menor grado practicamos profunda devoción.

Las historias se repiten así como sus consecuencias que solo terminan en desasosiego, angustia y dolor. Es parte de la esencia humana y muy pocos logran entender y aprender del registro histórico. Los libretos históricos cambian de forma pero no de fondo.

No se trata de una exposición pesimista y nihilista, se trata de reconocer la realidad que vivimos; se trata de entender que hacemos esfuerzo y trabajo inconmensurable para obtener retribuciones no proporcionales a ese esfuerzo.
Siempre que existan almas débiles y pertinaces existirán los actores dominantes que sabrán aprovecharse de ello. Son leyes de la naturaleza que también se aplican magistralmente al ámbito humano. Los predadores en la selva siempre están extremadamente atentos a los errores y debilidades de sus presas; las presas nunca están totalmente atentas a su predador. En el reino humano los padres muy poco enseñan a sus hijos sobre los errores de su generación.

La modernidad ha logrado desarrollar la sutileza del dominio; es parte de una nueva tecnología social; es muy difícil descubrir hoy en día al predador por sus palabras y por su imagen; se debe prestar mucha atención a los hechos y sus relaciones con ellos. Los individuos cada vez están más distraídos e indiferentes ante los movimientos de sus predadores debido a que están abstraídos en un mundo de infinitas exigencias sociales; aparentemente no hay tiempo para prestar atención, reflexionar y reaccionar ante las amenazas.

Poco a poco se pierden beneficios, reivindicaciones y bienestar logrado en épocas pasadas y la sutil sumisión y esclavitud avanza inexorablemente.

La gente no quiere escuchar sobre estos temas los cuales son fuertemente rechazados porque en el subconsciente si hay una premonición de la realidad. El bienestar económico de los pueblos se desarrolla rápidamente pero dura muy poco tiempo para luego dar paso a largos periodos de malestar y pesadez. Los pueblos no saben aprovechar los tiempos de bonanza porque muchos políticos gobernantes se encargan de que no sea así.

El cambio, con toda seguridad, esta con el esfuerzo mínimo de atención que hagan los millones de individuos involucrados. De ellos nacerá una conciencia colectiva arrolladora.