martes, 27 de enero de 2009

Capas de la conciencia y de las cebollas

Los seres humanos somos como una cebolla y esta declaración debe entenderse, por supuesto, como una imagen y no emplearla como si fuese una realidad.

La capa de afuera es la de las apariencias, la que engaña, la que esconde lo que no nos gusta, la que finge para conseguir algo y en definitiva la que guarda en secreto innumerables aspectos nuestros que deseamos no sean vistos; porque no nos gusta que nos vean tal cual somos; el arma en las relaciones humanas es precisamente este doble juego enmascarado; por un lado aparentamos algo y por otro actuamos tal cual somos sin que se den cuenta.

A medida que se penetra en capas mas profundas mas se refleja la realidad de lo que somos; la mayoría de las veces, ni nosotros mismos sabemos como somos realmente y actuamos como zombis hipnotizados.

Todo esto implica que el discurso de los individuos puede llegar a ser muchas veces engañoso; sobre todo en aquellos que son líderes de cualquier tipo; y el liderazgo implica el intento de un individuo en comunicarse con un gran número de personas, convencer y dominar.

Al igual que las monedas que siempre tienen dos caras, la comunicación implica el hablar y el escuchar.

Un individuo distraído, que no esta atento, solo ve la capa externa del que habla; esto quiere decir que toma como realidad todo aquello que le dicen los demás; el perfecto ingenuo; el manjar de las hienas de la sociedad.

El éxito de un líder, tanto político, como religioso o como lo que sea, se basa en jugar con las palabras y con las ideas y también con los símbolos y con las imágenes de tal manera de hacerle creer al que escucha todo lo que se le dice. Si el individuo no presta atención a todo lo que le dicen y al significado de las palabras, será engañado y no podrá ver la realidad. De igual manera y con mediana mala fe, el que habla muchas veces esta confuso e intenta que los demás le crean lo que dice; esto ocurre muy a menudo; sin embargo, lo más importante de todo esto es nuestra disposición y aptitud para escuchar.

Todo esto nos lleva al tema en cuestión: la ignorancia. No me refiero a la persona que no ha podido estudiar en el colegio o en la universidad. Para mí, el verdadero ignorante es aquel que se burlan de él en un lenguaje cínico y no se da cuenta; el ignorante es aquel que el político y el gobernante le hace promesas y ofrecimientos y todo se lo cree; el ignorante tiene la facultad de vivir de las esperanzas que le crean los demagogos y los populistas; él puede dejar de comer pero vive de la esperanza; los seres humanos somos únicos e increíbles; lo más lamentable y patético, por no decir execrable y repugnante son aquellos que han estudiado hasta la saciedad y son reconocidos como lumbreras y sin embargo son unos perfectos ignorantes en ver la realidad (claro, muchos de ellos están comprometidos con el placer del dinero; estúpidos hipócritas).

Para mí, la definición de ignorante es aquella persona que no le da la gana de ver la realidad que ocurre en el mundo; no le da la gana porque su mente está programada, o mejor dicho está condicionada o prejuiciada. De todo esto yo concluyo que el ignorante vive en un mundo de fantasías e ilusiones que le proporciona un inentendible placer de vivir en el limbo.

El ignorante no sabe que tiene derechos; más aun, no sabe lo que son los derechos de los seres humanos y como lo ignora, no sabe exigir lo que le corresponde.

El ignorante es presa fácil del locuaz populista y demagogo; es fácil presa del engaño y jamás se percata cuando el hábil político le habla en lenguaje cínico. Hasta los doctores más encumbrados pueden ser ignorantes; solo hace falta la voluntad de no querer ver.

Esta ignorancia deliberada tanto de aquel que no ha estudiado como del docto, se llama también: ignorancia supina. Solo hay una explicación a tan terca y obstinada posición ante la vida: aquel que está condicionado no es capaz de ver la verdad.

No quiero pecar de fatalista pero estoy convencido que la humanidad está atravesando por su peor época: máxima tecnología y mínimo sentido de la reflexión. El ser humano está absolutamente condicionado y estos condicionamientos también están en las diferentes capas de la cebolla. En lo más profundo esta el miedo y el placer, que son los grandes motores del individuo; luego viene el deseo; después aparecen en las capas más externas la apariencia, el querer llegar a ser y ser reconocido, el deseo de distinguirse poseyendo cosas y dinero, la sed de poder en todos los niveles, desde el familiar hasta el dominio planetario.

La falta de reflexión del individuo es una actitud ante la vida y es una pose de desidia. Yo estoy convencido que por cada 10.000 adormilanados corderos hay un lobo feroz y explotador. Estamos en la época del dominio de políticos y grupos económicos megapoderosos sobre una masa social amorfa que no sabe quien es ni hacia dónde va. Algunos gritan la necesidad de una revolución, pero para colmo no saben lo que es una verdadera revolución. La verdadera revolución es una trascendencia en el vivir y pensar.

Las tan admiradas revoluciones no son tales; simplemente son tormentas pasajeras de pasiones en las cuales unos pocos sacan provecho de muchos seres que deambulan por el mundo de manera hipnotizada, infeliz y caótica. ¿Qué tipo de mentes han llevado a cabo las revoluciones?, ¿Cuáles han sido las consecuencias?, ¿ha valido la pena?.

La mente humana esta tan repleta de creencias y condicionamientos que no es capaz de ver la realidad que le rodea. Creencias de consumismo innecesario, creencias religiosas, nacionalistas, ideológicas, políticas y una desmesurada propensión a la diversión y al entretenimiento.

Hay un símil muy interesante que me enseñaron y me agrada mucho: un vaso lleno pierde su función. La mente es igual: cuando está llena pierde su capacidad para ver la realidad. Con ver la realidad me refiero a estar consciente de las aberraciones del sistema: los políticos nos restriegan en la cara que vivimos en democracia y ocurre lo contrario: somos esclavos del sistema y explotados por el sistema; nos hacen vivir de las palabras; muchos medios de comunicación son cómplices de los abusos que cometen los políticos y los poderes económicos y estamos (o nos tienen) sumamente distraídos con la diversión y el entretenimiento.

Estamos viviendo una época muy crítica y peligrosa. Los pensadores filosóficos y los hacedores de teorías socio-económicas deben y están obligados a centrarse en esta meta de orden práctico. Hoy en día el 96% de la riqueza del mundo está en manos de un 4% de personas; esto es una depravación y aberración de la condición humana y, el común denominador es la ignorancia. La culpa no es de los lobos sino de las tontas ovejas que viven en un mundo irreal de esperanzas.

Debemos estar alertas ante los asedios de los lobos populistas, demagogos, cínicos e hipócritas que nos hipnotizan para su provecho.

Debemos prestar atención a nosotros mismos y a todas las capas de nuestra conciencia.

miércoles, 14 de enero de 2009

El bicho extraño

Por allá va una persona que esta consciente de su ser, sabe lo que es y no se hace ideas fantasiosas de lo que es, no tiene ninguna creencia ni ideología, no abraza ninguna religión, por las fibras de su cuerpo tampoco vibra el venenoso nacionalismo que tanto daño ha causado a la humanidad, no es de derecha pero tampoco es de izquierda ni centro y para muchos esta posición es incompresible; tampoco de arriba ni de abajo, ni se inclina por política alguna; ¿para que?; no cree en rituales ni en costumbres esclavizantes, por mas hermosas que pudieran ser, y esta libre de cualquier doctrina; atadora, esclavizante, sometedora.
Quizás algunos podrán decir que por sus venas corre zumo de limón, de horchata o de anón.
Sabe lo que es el mundo que ve y que no ve, y sabe lo que son los sentidos y las percepciones; sabe lo que es el mundo donde vive y existe; sabe que es una ilusión y una alucinación y también lo que realmente se esta viendo y que son los colores, los sabores, olores y el sonido.
Entiende el por que de todas las creencias y sabe que la realidad es difícil de expresar y entender y, sabe que es mas fácil idealizar que vivir la verdad; al igual que vivir ilusionado y no estar en la realidad.
Conoce muy bien el porque de la ambición y el caos en que vive el mundo, la miseria, la opulencia, la vanidad, la envidia, la avaricia, el interés y la manipulación; conoce muy bien la violencia, el odio y lo que muchos llaman amor pero que no es amor; sabe porque un individuo le roba a otro y hasta mata y sabe porque los hombres asesinan y aderezan con crueldad; sin embargo, lo mas importante que sabe es lo que significa la compasión.
Sabe que es el placer y que es el dolor; sabe el por que un individuo desea drogarse y sabe el por que un individuo siente gratificación al ser reconocido por los demás.
Entiende el por que un individuo siente soledad, siente ansiedad y angustia y asco por el vivir; sabe el por que muchos esposos y esposas hablan de amor cuando de por medio hay traición, infidelidad, violencia y mentira; el ha visto y conoce el por que hay violencia entre los niños de los colegios y los que no están en colegios; sabe el por que hay bandas armadas de delincuentes en barrios bajos y no bajos; ¿Cuánta gente en el mundo sabe esto, de verdad?
Caso curioso, y por favor no le tilden de sabiondo, él sabe porque una mágica maquinita con pantallita de hermosos colores fascina e hipnotiza a un niño; pocos lo saben de verdad.
Sabe el por que las sociedades trabajan compulsivamente, de manera desenfrenada y desmesurada; sabe el por que los individuos y las sociedades trabajan mucho mas de lo necesario y producen excesivamente mas de lo necesario; y sabe el por que para muchos individuos el trabajo es lo mas importante y la vida queda relegada al desperdicio; y sabe que hay oculto debajo de eso llamado sistema, que bien complicado, oscuro y artero es.
Sabe el por que para muchos individuos el dinero es lo mas importante, incluso que la vida misma; ¿no es la gran pregunta primigenia y fundamental, dejando a un lado, por los momentos, el asunto filosofal?.
Él sabe el por que un individuo dice: yo y mi cuerpo, yo y mis pensamientos, yo y mis problemas, mi sufrimiento (el de los demás me importa un pepino), mi felicidad, o que dice: yo que deseo diferenciarme de los demás.
Sabe el por que un individuo dice: creo en Dios, y ¿tu? , a ver!, ¿crees en dios?
Sabe el por que un individuo dice: yo y los demás, lo mío y lo tuyo, mis problemas y tus problemas, mi bienestar y la destrucción de la naturaleza, mi país, mi raza, mi religión, mi bienestar primero y la pobreza del mundo me importa un comino, mis creencias son las verdaderas y las absurdas creencias son las tuyas y las de los demás.
Sabe el por que un individuo dice: yo soy amo y señor, y los demás esclavos de la gleba; sabe el por que un individuo dice: yo necesito tener exceso de dinero.
Sabe el por que un individuo dice: yo necesito destruir a muchos pueblos y a sus ambientes para tener riqueza y poder y que se mueran y pudran esos oscuros seres que están por allá, pisando las infinitas riquezas que me pertenecen; y sabe por que ellos quieren riqueza y poder. Muy pocos en este mundo saben que es la avaricia.
Sabe el por que un individuo tiene que destruir animales y naturaleza para su gratificación y beneficio propio y sabe porque hay individuos que dicen trabajar desinteresadamente por los demás y por amor y al final, es mera ambición.
Sabe el por que un individuo sacrifica su vida dedicándola a Dios y al mismo tiempo comete aberraciones; sabemos de que estamos hablando (¿no es verdad?) y sabemos que hay complicidad y furtiva aceptación, claro esta, por parte de unos cuantos ilustres y distinguidos de la sociedad.
Sabe de las imperfecciones, indolencias y corrupción de los gobiernos y de sus gobernantes y de las hipocresías entre países.
Y sobre todo sabe porque la gente no sabe. Lo más grande en este mundo, es saber porque la gente no sabe.
Sabe además, que todo esto que sabe no es asunto de vanidad y que todo ese saber, todo ello, es un acto instantáneo de comprensión. Sabe también que lo que sabe no es un acto de creencia y fe.
Sabe que ese saber no es un transcurrir del intelecto que ni depende de él.
Hay que dudar, no se debe aceptar y no mas, hay que deglutir la realidad, lo que me inyecten en mi cerebro cuando niño, lo debo reflexionar.
El solamente ve y comprende; el no razona desde la tribuna de las mentiras arregladas, solo sabe y comprende; ve y comprende a aquel que sufre y porque sufre y su comprensión toma un instante tan pequeño de tiempo que no depende del tiempo.
Él no defiende puntos de vista ni posiciones; él solo observa y por eso, él sabe.
Él no razona para comprender por que sufre la gente; él los mira, siente compasión y no puede hacer nada pues el sufrimiento de ellos no depende de él, solamente es de ellos.
Él es odiado por muchos porque no pueden compartir su modo de vida y también es admirado por otros que aunque no lo comprenden respetan su modo de vivir.
Algunos lo llaman el bicho extraño.