Un individuo contumaz es de temer pero, es muy peligroso y hasta
niveles mortales cuando tiene el poder en sus manos; puede y es capaz de llevar
a un país a la miseria.
La única política del Estado Español es la austeridad, el
recorte y otras radicales medidas económicas de tipo pasivo y no activo y,
pienso que es un gigantesco error.
Los resultados no pueden ser más evidentes: aumenta la tasa
de desempleo, aumenta el malestar y disgusto social, el famoso PIB se va por
tierra, los inversionistas huyen atemorizados, los de la tercera edad pasan a
la quinta patética edad, los pensionados de aquel estado de bienestar pasan a
ser piltrafas molestosas para el estado, el índice de consumo disminuye drásticamente,
la polarización de clases sociales se acentúa de manera peligrosa, la dependencia
familiar se acentúa de forma alarmante y la seguridad social se ha convertido
en una inseguridad desilusionante.
Las políticas de austeridad y recortes siempre deben ir acompañadas de estímulos a la productividad, a la inversión,
a la credibilidad del país, a promocionar los productos Españoles en el
exterior y a utilizar la mano de obra de los inmigrantes, a rebajar los
impuestos a las pymes para que puedan revivir y muchas medidas más de signo
positivo.
El extremadamente grave problema de todo esto es que los políticos
son empleados-títeres de los grandes poderes económicos y no están al servicio
de los intereses del colectivo social. Basta con preguntarse: ¿a quienes salen a
socorrer y ayudar de manera inmediata y expedita?, ¿al ciudadano común o al
banquero?
¿Han hecho algo los políticos para que los grandes capitales
empresariales paguen los impuestos que les corresponden?
¿Han hecho algo los políticos para investigar y desterrar
los paraísos fiscales de las grandes empresas?
Estos temas no les importan y los obvian porque ellos son
parte de ese lodazal.
La contumacia de los políticos es totalmente explicable bajo
la premisa que ellos son títeres y empleados de los poderosos del dinero. Por
supuesto, el ingrediente de la ineptitud
e incapacidad también se le suma al drama. Hay una diferencia muy grande
entre un político fabricado por los partidos y un estadista.
En estos momentos el Estado Español debería invertir y hacer
grandes esfuerzos para que los productos Made in Spain abarroten las
estanterías del mundo.