Viva la democracia!!, somos un pueblo que gobierna y decide
su destino. Por fin el colectivo tiene el mando y decisiones!!!; somos mayoría
y la meta positiva debe ser hacia la mayoría y jamás hacia las minorías; Así, podremos
construir el tan deseado Estado de Bienestar para todos, si no, la democracia
no sirve para nada.
Antes que nada, debo definir que es el Estado de Bienestar,
tratare de resumirlo: trabajar lo razonable sin auto destruirnos física y
psicológicamente, ser seres humanos verdaderos: trabajemos para vivir y no
vivamos para trabajar; producir creativamente para el bien de todos y de la
naturaleza, darle al Estado parte de nuestras ganancias (impuestos), el Estado,
si es responsable, debe recibir esos impuestos e invertirlos para producir el
Bienestar Social: el individuo social debe estar cubierto en cuanto a salud,
educación, seguridad, servicios públicos: electricidad, gas, agua,
comunicaciones pero al mismo tiempo respaldado por el Estado en lo referente a
los abusos que puedan cometer los prestadores de servicios.
Por lo que se, la democracia la inventaron los griegos Atenienses (500
A.C.) y se destaco Pericles en estos asuntos; tenían una sociedad conformada
por ciudadanos (30 %), metecos (20 %) y esclavos (50 %). En cuanto a derechos
plenos solo los tenían los ciudadanos; los metecos tenían algunos derechos y
eran libres (no nacían en las polis y eran extranjeros) y los esclavos estaban
fritos en cuanto a derechos y libertad, aunque podían vivir con su familia (eran
la lacra de aquella sociedad democrática).
Los romanos copiaron y aprendieron mucho de aquella organización
político-social Ateniense y a la larga degeneraron, se depravaron y sucumbieron.
Quizás por ello, John Adams dijo: “Recuerden, la democracia nunca dura mucho;
pronto se gasta, se agota y se asesina a sí misma. Nunca ha habido una
democracia que no cometiera suicidio”. Por eso, es nuestro deber vigilarla y
cuidarla de los depredadores.
Etimológicamente, democracia significa gobierno del pueblo
lo cual implica claramente que los esclavos y metecos (en aquella Grecia
Ateniense) que no decidían en el gobierno (y cuantitativamente eran muchos, 70%),
no eran propiamente pueblo; el pueblo solo estaba conformado por los ciudadanos
que habían nacido en las polis. Esa era la Grecia de Atenas (500 A.C.).
Hoy en día, en los países democráticos “no hay esclavitud y
hay libertad para todo lo que este dentro de la ley”, pero la realidad es que la
esclavitud moderna se traduce para muchas personas en trabajar en exceso para
vivir al ras; o sea trabaja mucho y sobrevive; dicho de otra forma, inmensidad
de individuos viven para trabajar y no trabajan para vivir. Para los poderosos
grupos económicos de hoy, tener esclavos como en aquellas épocas serias una
estupidez garrafal, económicamente hablando.
Para mi modo de ver las cosas, la democracia de los griegos
era el gobierno de un grupo que obtenía beneficios para sí mismo y, por tanto,
la definición más apropiada sería la de grupogracia;
me atengo simplemente a la importancia de la distribución estadística
poblacional. Posiblemente otra palabra que pudiera definir el sistema de los
griegos de aquella época sea la de “burocracia”, que implicaría el gobierno de
un grupo de personas que ejecutan diferentes trabajos para llevar a cabo el
funcionamiento de una organización (de cualquier tipo), sin embargo, esta
definición no me convence tampoco para lo que estoy planteando.
El dominio de pequeños grupos (grupocracia) que ostentan,
representan y defienden grandes capitales no solo es aplicable al utópico
concepto de democracia, sino que es aplicable a cualquier sistema de cualquier
tendencia: autoritarios, represivos, de derecha, de izquierda y de lo que sea.
El punto esencial, repetido desde tiempos inmemoriales es que un grupo pequeño
domina a un grupo grande y además, la repartición del dinero es inversamente
proporcional al tamaño del grupo: los grupos pequeños son los propietarios
mayoritarios de la gran masa de todo el capital de dinero de la sociedad o de
un país; la mayor parte de la población es propietaria de un porcentaje muy
bajo de esas riquezas; no hemos podido romper estas propensiones histórico-sociales
y para olvidar un poco esta realidad, buscamos entretenimiento, diversión y
consumismo.
Es totalmente lógico y natural que esto sea así dada la
naturaleza egoica de nosotros los humanos. El ego implica apuntar y acercar
todo hacia uno.
Solo una mutación de la mente colectiva hará cambiar todo de
manera radical y definitiva; ¿cuán lejos estamos de ello?, no lo sé (pero me
huele que estamos un poco lejos).
Los sistemas de gobierno (de cualquier época de la historia),
social y económicamente, han sido concebidos e impuestos por grupos muy
pequeños, sin importar la tendencia que sea. Comentando sobre tiempos recientes:
¿quiénes diseñaron eso llamado la Comunidad Económica Europea?; ¿fue la gran mayoría?
o fueron 4 gatos multimillonarios y empresarios (banqueros y grandes empresas).
Cualquier sistema
puede ser rentable para los grupos minoritarios poderosos; bien sea de
ultraderecha capitalista o de ultraizquierda revolucionaria socialista o
cualquier otro sistema que exista. Los sistemas jamás en la historia han sido
concebidos e impuestos por las mayorías sociales, al contrario de lo que muchos
creen. Las diferencias entre la llamada izquierda y la derecha es un potente y
teatral mito; son iguales porque el ego y la ambición son la esencia humana y
por tanto, común a todos los seres humanos. El colectivo o la gran mayoría
social, simplemente aprueba o desaprueba la gestión de esta minoría gobernante,
mediante el voto, si es que existe; solo hasta ahí.
Por cierto, cuando el pueblo elige y vota por alguien, ese alguien ya
fue escogido por el poder político (partidos políticos); (“Elector, es el que
goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros”,
Ambrose Bierce, Diccionario del diablo).
Falacias de la democracia; uno vota por quien ellos desean que gobierne;
¿seremos tan ovejas o asnos?, (“Los pastores serán brutales mientras las ovejas
sean estúpidas” Godin).
Lo importante es hacerle creer a la mayoría que el sistema
existente, funciona y es el mejor y, que además, el colectivo es el gran
soberano; pero las cosas no son así porque el colectivo es simplemente una masa
amorfa que se moldea a la voluntad de grupos minoritarios. Algún día las cosas explotan
y cambia la situación.
Todo esto suena muy crudo y cruel pero lamentablemente es la realidad
existente: “es la verdad verdadera”, ("La vida es la realidad
radical", José Ortega y Gasset).
Lo que representa el símbolo e imagen llamado democracia en
la mente del colectivo del mundo moderno es realmente desconcertante e
impresionante. Es como el poder del imán con el hierro o el platonismo de
algunos enamorados. Es un gancho mágico en el simbolismo mental. Actualmente,
en algunos países del mundo se sustituye la palabra-símbolo de democracia por
otros símbolos que tienen igual o mayor eficiencia en la auto estima colectiva
(países llamados tercermundistas, en vías de desarrollo o como se prefiera
decir).
Todos creemos con toda la convicción que vivimos en un país democrático
en el cual nuestras ideas y deseos se cristalizan en hechos reales y que somos,
como mayoría, los que gobernamos y somos respetados. Nos creemos lo máximo de
la autodeterminación social porque la democracia es el antónimo de tiranía.
Nada más lejos de la realidad.
La utópica o mal llamada democracia actual, realmente, nos
permite derechos para ejercer muchas acciones: ir de un lugar a otro, estudiar lo
que nos guste, ejercer cualquier profesión, votar en las elecciones, ser político,
pertenecer a cualquier poder público, bien sea del ejecutivo, del judicial o
del legislativo, ganar dinero y utilizarlo en lo que nos venga en gana (hasta
aquí ya comienzan las limitaciones que no son iguales para todos, por ejemplo,
los banqueros tienen derechos que no tenemos los demás). Todos estos supuestos
derechos y muchos más es lo que nos mantiene como rebaños de ovejas sumisas al
mando del amo-sistema; se me olvidaba algo que es común a todos y en todos los sistemas
existentes: las distracciones, el entretenimiento y la tendencia consumista.
¿Cuál es la realidad de los países que viven en la llamada
democracia?
Creo que es bastante simple: un pequeño grupo de asociados políticos
y grupos económicos poderosos manejan soterradamente el destino de las mayorías.
Debe quedar muy claro que la relación de los políticos y grupos poderosos es
totalmente necesaria e indispensable para poder dominar de manera absoluta a
las masas sociales.
¿Quién es el que gobierna realmente?, definitivamente no es
el pueblo (demo) sino mas bien el pequeño grupo organizado con todas las armas
tecnológicas (medios de comunicación masivos, sistemas de represión y control
colectivo, dominio de la información vital…), , por tanto, hablemos más bien de
grupocracia.
Un pueblo consciente es la suma de los deseos de muchos
individuos que empujan el carruaje de los intereses comunes en una misma
dirección, vigilando y evitando abusos pero esto solo ocurre en aquellos países
de cierto nivel de reflexión mental y, esos deseos incluyen lo fundamental en
la vida: vivienda sin acosos bancarios, salud pública (sanidad) para todos,
alimentación asequible, justicia que no sea discrecional, igualdad para todo
(que los poderosos no sean más favorecidos que los que menos tienen), castigos
severos a la corrupción de los burócratas, eliminación efectiva de paraísos
fiscales, eliminación de la inmunidad (e impunidad) de muchos cargos públicos, vigilancia
severa de la industria que fabrica políticos (partidos políticos) para hacer
dinero en conjunción con los poderosos, prohibición de fabricación de armas; la
lista puede seguir indefinidamente pero me agota, de manera que mi amigo lector
puede continuarla. Lamentablemente, los pueblos sin la conciencia de sus
derechos naturales primordiales están destinados a la peor de las esclavitudes
dirigidas por minorías saprofitas.
La realidad de la democracia es una falacia, una utopía y
una ilusión que nuestra mente cree y vive como si fuese una verdad. Nos
sentimos muy satisfechos cuando nos dicen que somos un país demócrata y nos
sentimos inflados en nuestro ego. Somos un país demócrata y pertenezco a él!!,
“hago lo que me venga en gana (hasta donde pueda, claro está)”. El mundo de la ilusión
es fantásticamente y creíblemente real, pero no lo es.
Por ejemplo, en el caso de España: ¿es democracia que el
gobierno español, de manera totalmente autoritaria, en contra de las ofertas
electorales y en contra de la voluntad de
las mayorías, haga recortes presupuestarios crueles en lo que se refiere a sanidad, salud pública,
inversión en la educación e investigación, recortes en las pensiones y copagos
sanitarios pero, eso sí, da apoyo incondicional a los bancos para arrebatarles
las viviendas a los deudores hipotecarios (desahucios crueles), aumentos
inconsultos de las tarifas de servicios públicos con castigos fuertes
monetarios para aquellos que sobrepasen los Kilowatios contratados (el usuario
rescata y ayuda con su dinero a estas grandes empresas), aumentos descomunales
en muchas tarifas judiciales, privatizaciones que van totalmente en contra del
bienestar popular.
Todos los recortes y sacrificios que debe hacer la gran mayoría
son para socorrer a los pequeños grupos que están en apuros financieros por
culpa de sus “travesuras financieras”. Denuncias de muchos de los inspectores
del banco de España criticando la mala supervisión a las cajas de ahorro, es
una muestra del grave perjuicio que pueden causar pequeños grupos corruptos
contra el bien colectivo.
El caso de la crisis de Chipre solo se puede explicar en base a un gobierno Gupocratico que se hizo la vista gorda y permitio desmanes financieros depravados en perjuicio de la sociedad, quien como siempre, pagará los platos rotos; el caso de Chipre demuestra una vez mas la complicidad entre los politicos enquistados en el Estado y los codiciosos buscadores de fortunas: la perfecta simbiosis politicos-banqueros.
El caso de la crisis de Chipre solo se puede explicar en base a un gobierno Gupocratico que se hizo la vista gorda y permitio desmanes financieros depravados en perjuicio de la sociedad, quien como siempre, pagará los platos rotos; el caso de Chipre demuestra una vez mas la complicidad entre los politicos enquistados en el Estado y los codiciosos buscadores de fortunas: la perfecta simbiosis politicos-banqueros.
El funcionamiento de la simbiosis entre los políticos y los grupos
económicos poderosos es perfecta y por los momentos, inquebrantable. Se puede
comparar al equivalente de las leyes en física que son inviolables.
Otra situación de extrema gravedad que está totalmente en
contra de la voluntad del pueblo (mayoría) provocada por una minoría y que está
ocurriendo actualmente, es la ingente evasión fiscal por parte de grandes
empresarios, grandes empresas y banca; las acciones del gobierno para combatir
esta situación, simplemente provoca risa mezclada con ira por lo ridículo de sus
esfuerzos por acabar con ella; eso sí,
al pueblo se le persigue con todo el peso de la ley para que pague sus deudas
al fisco. Si no hay igual justicia para
todos no se puede hablar de país democrático. Esto está ocurriendo en todos los sistemas de
cualquier tendencia.
Lo que está sucediendo en el mal llamado mundo democrático es
la grupocracia organizada, que no es
otra cosa que una mafia súper sofisticada, tecnificada, legalizada y aceptada
por la gran masa de ovejas sumisas. La tecnología moderna y la ingeniería
social son sus armas más poderosas.
En la España de las vacas gordas se hicieron muchas obras públicas
innecesarias en las cuales se enriquecieron los “generosos, preocupados y
esforzados” políticos por el bien del colectivo (viva el porcentaje que me toca
por dar la obra a la constructora).Hipócritas políticos y necio el colectivo
social (por su indiferencia y apatía) por creer en ellos y no vigilarlos (lo
cual requiere esfuerzo).
En el 2012 hubo muchos saqueos en un país supuestamente
democrático, que es Argentina. Cientos de personas estaban robando en
supermercados por alimentos y como es de esperar, las fuerzas del orden público
estaban reprimiendo esas acciones.
No apoyo los saqueos ni los robos a la propiedad privada
aunque la gente se esté muriendo de hambre; ¿Por qué?, porque si no se aplican
las leyes y las acciones necesarias viviríamos en un caos peor que la anarquía
sin rumbo. Lo que no acepto y detesto es que los que reprimen esos saqueos y
robos de alimentos (para poder vivir) sea precisamente la burocracia política
de la cual muchos de ellos se han enriquecido de manera repugnante y vergonzosa,
empezando por los principales jefes del gobierno (viva la impunidad!!, viva la
inmunidad parlamentaria!!). Para mi modo de entender la realidad, eso no es
democracia; es simplemente una grupocracia; es un gobierno en el cual un grupo elitesco
que gobierna se aprovecha de los fondos públicos para enriquecerse, siendo
totalmente indolentes con el colectivo. Los políticos populistas han sido la
gran desgracia del mundo para aquellos pueblos ignorantes, resentidos y llenos
de odio social, que no son otra cosa que la frustración de las ambiciones;
todos los seres humanos tenemos mayor o menor grado de ambición pero para
aquellos que son ambiciosos y no logran nada en la vida, se convierten en
feroces bestias resentidas.
Unos cuantos países en el mundo viven estas supuestas y
farsantes “democracias”, apoyados evidentemente por los países más
desarrollados y poderosos; me refiero a gobiernos autoritarios que controlan
todos los poderes públicos de manera asquerosamente descarada o subrepticia.
Sostengo que en estos tiempos modernos (y en todos los
tiempos) el concepto de democracia debe estar en función de una buena
distribución de las riquezas de los países. ¿Por qué?, porque el dinero es el
equivalente a la calidad de vida y el bienestar de los individuos. Para mí, el tema de gobierno del pueblo y para
el pueblo tiene un significado irrelevante e hipócritamente ineficiente; es una
excusa de los poderosos para engañar al colectivo.
La estructura del poder del dinero en el mundo es piramidal,
estando en la cúspide la crema y nata de los mega millonarios (pocos con mucho
dinero) y hacia la base: muchos con poco dinero.
Estoy convencida que el sistema capitalista de libre mercado
y respeto a la propiedad privada es la mejor alternativa para vivir; los
problemas comienzan y el sistema degenera cuando los gobernantes se corrompen, debilitan
y no controlan la ingente codicia de los grupos poderosos ni la de ellos mismos.
Como contrapartida, los sistemas radicales de izquierda también degeneran,
depravan y sucumben por la ambición de poder y deseos de una vida de placer y
lujos.
Hoy en día el dinero es lo que da la vida y es la vida
individuo y es lo que realmente es importante para la gran mayoría; hablando en
términos estadísticos: que la democracia se traduzca en que la gran mayoría de
la sociedad tenga realmente acceso al dinero y limitar a niveles racionales el
poder económico a como dé lugar a los grupos poderosos (banca, transnacionales,
etc.). Es inconcebible que en muchos países llamados democráticos (y también en
todos los no democráticos) el 90 % de sus riquezas (ó más) esté en manos del 5
% de la población.
¿Algún dirigente político será capaz de realizar esa labor?.
Es muy lamentable y patéticamente triste que líderes carismáticos (pero
populistas de mala fe) hayan engañado a muchos pueblos con falsas esperanzas
solo para obtener poder, fortuna y desfalcar a su país.
El símbolo democracia es otra de las tantas ilusiones que
habitan en la inentendible mente humana, que es indiferente a casi todo lo que
realmente debería interesarle. En nuestro mundo ilusorio unos cuantos picaros
sacan mucho provecho de muchos tontos (o distraídos para no ofender).
Si se me preguntase alguien cual seria para mí la esencia del
sistema de gobierno ideal para la humanidad, mi respuesta seria la siguiente:
De respeto absoluto y por igual a los derechos naturales
fundamentales que deben tener todos los seres humanos (no entro en detalles
porque sería muy extenso); básicamente lo que más se acerque a la igualdad para
todos, sería lo ideal. Incluyo con mucho énfasis disminuir la desproporción
cada vez mayor en la distribución de las riquezas o mejor expresado, la
distribución del bienestar humano.
Pensar en la igualdad de tenencia para todos seria una aberración
y un absurdo pero se está llegando en los momentos actuales a unas desigualdades francamente depravadas,
grotescas y destructivas de la raza humana.
Quizás sea más apropiado hablar de bienestar colectivo sustentable y sostenible en el tiempo para
la gran mayoría y este debe incluir forzosamente
vivir mejor con menos esfuerzo de manera permanente; expresado en otros términos:
que la gran mayoría trabaje para vivir con bienestar y no vivir con vaciedad
para trabajar, que es lo que ocurre actualmente en todas partes del mundo.
Recomiendo enfáticamente ver un video impresionante de youtube que considero impactante:
(David
Icke: El Mejor Discurso Para La Humanidad; V de Victoria. (Final alterno de
"V de Venganza")