El ser humano tiene una gran propensión a no querer conocer la verdad; esta negado a ella (es su naturaleza); a cambio, vive de un cumulo de creencias que le son cómodas para vivir pero casi imposibles de dejar. El ser humano con todas las creencias que lleva a cuestas se puede comparar a una maquina programada que no es espontanea ni creativa (una maquina cibernética que solo produce lo que está programado).
Es imposible definir la verdad pues si se pudiese, dejaría de ser verdad; lo que sí es posible es definir y comprender lo falso y las mentiras; desechando todo lo falso quizás nos acercaríamos a la verdad; utilizo el termino quizás porque a la verdad se debe llegar con plenitud y totalidad, pues no hay verdades a medias (es cuántica y sin estados intermedios), se es o no se es.
Las creencias han polucionado nuestras mentes y nos hacen vivir una vida distorsionada y hasta aberrada, fuera de lo natural. Creencias de valores prefabricados, consumismo absurdo, utilización depravada de la naturaleza, creencias religiosas que solo conducen a la separación entre humanos y a la violencia (tenemos creencias religiosas por causa de nuestro miedo a la vida), paranoicas creencias políticas que desarticulan la armonía entre las personas, concepción distorsionada del trabajo y la economía, perversión de nuestra vanidad y envidia causada por las falsas creencias del estatus, destructoras creencias nacionalistas, creencias provenientes de políticos populistas, demagógicos y explotadores que solo les importa el beneficio personal y, se podrían citar muchas más creencias.
Todas estas creencias son un velo que distorsiona la realidad; la realidad sigue inexorablemente su camino y nuestras mentes divagan en el turbulento rio de las creencias hasta que nos ahogan.
No hay un camino ni receta hacia la verdad y la realidad, solo deberíamos desprendernos de las creencias y falsas ideas y, no depender de ellas para vivir.
En este sentido que hemos comentado, la filosofía podría ser muy peligrosa o muy orientadora.
Filosofía desde un espacio mental vacío: sin contenido alguno de condicionamientos (de ningún tipo); ni religiosos, ni nacionalistas, ni políticos, ni doctrinarios, ni ideológicos, ni de ninguna corriente filosófica. Una visión a la capa más profunda del ser humano: el ego, el miedo y el placer y, sus consecuencias y proyecciones en el desenvolvimiento de las personas y la sociedad. Nuestras idealizaciones nos separan brutalmente de la realidad.
2 comentarios:
Acabo de descubrirte y me parece que bebemos agua del mismo rio. Un saludo.
mjt: me parece muy emocionante y gratificante compartir con personas de propensiones similares en estos temas
Un saludo
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