Están amasando a la masa, siempre la amasaron y la amasaran.
Ella se deja amasar fácil y dócilmente; es muy manejable y la
buena manipulación le da la forma deseada.
No se opone ni se endurece y siempre adquiere la forma que le
dan las mágicas manos que la moldean.
Ella por si misma es amorfa y no tiene personalidad; tan amorfa
que la llevan al suelo y todavía se aplana y aplasta sin resistirse.
Es tan manipulable que por si misma nada hace; no se organiza
ni es capaz de decirle a las incansables manos: ya basta!
Por eso, la masa siempre será amasada; por su conformismo y
flacidez de acción.
Las manos siempre harán con ella lo que les venga en gana;
la podrán golpear, torcer, apretar, seccionar, tirar contra el
piso y aplastarla hasta la delgadez.
Las manos hábiles saben mucho acerca de la masa y por eso se
aprovechan a perfección de ella.
Ella es muy útil y necesaria para las hábiles y diestras manos
por eso siempre será utilizada y amasada.
Lo mejor que le que puede suceder a las hábiles y manipuladoras manos
es la indiferencia de la masa.
Filosofía desde un espacio mental vacío: sin contenido alguno de condicionamientos (de ningún tipo); ni religiosos, ni nacionalistas, ni políticos, ni doctrinarios, ni ideológicos, ni de ninguna corriente filosófica. Una visión a la capa más profunda del ser humano: el ego, el miedo y el placer y, sus consecuencias y proyecciones en el desenvolvimiento de las personas y la sociedad. Nuestras idealizaciones nos separan brutalmente de la realidad.
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