"Hombres
de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad, a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz, juegan con cosas que no tienen
repuesto, y la culpa es del otro si algo les sale mal. Entre esos tipos y yo hay
algo personal.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo
hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión..."
tienen doble vida, son sicarios del mal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad, a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz, juegan con cosas que no tienen
repuesto, y la culpa es del otro si algo les sale mal. Entre esos tipos y yo hay
algo personal.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo
hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión..."
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