Llevo un tiempo bastante grande (varios años) asombrada por ciertas opiniones de individuos que viven en países del primer mundo. Por más que trato de especular y buscar explicaciones a dicho fenómeno opinatico no logro llegarle a la esencia de la cuestión.
El asunto es el siguiente: para mi, los países del primer mundo, con todos los defectos que puedan tener, han alcanzado grados de calidad de vida indiscutibles; no vale la pena explicarlo y tan siquiera mencionarlo.
España, por ejemplo, en muchos aspectos es un modelo envidiable de de una nación que ha logrado alcanzar un alto grado de orden y satisfacción humana; ha costado mucho trabajo pero bien vale la pena; la España de hace muchos años no tiene nada que ver con la actual. Lo mismo ocurre con muchos países que han alcanzado el desarrollo. Por otro lado, la curva de distribución de satisfacción alcanza a un gran número de personas del universo poblacional.
Imaginemos a un individuo típico de estos países: se alimenta bien, vive en viviendas bastante aceptables, disfruta de infraestructuras de primera clase y mal que bien aprovecha la tecnología. Aparentemente muchos de estos individuos están satisfechos y orgullosos con el sistema.
Mi asombro me colma cuando escucho opiniones de cualquier individuo del primer mundo que admiran, halagan y convidan al ejemplo sobre los sistemas de ciertos países que para mi modo de ver viven en subdesarrollo y condiciones infrahumanas; más aun, muchos de estos admirados países por estos extraños individuos viven en condiciones de criminalidad extrema, con violaciones aberrantes a los derechos humanos, restricciones inaceptables de las libertades humanas fundamentales, escases de alimentos, economías en caos, abuso de los poderes del estado tales como depravación judicial, secuestro de los poderes del estado en todos sus aspectos, corrupción infinita que produce inmensas fortunas de unos cuantos burócratas, discriminación política, abuso de poder de los militares y policías y, paro aquí porque el listado es agotadoramente interminable.
Por cierto, muchos de estos paises viven en clara y franca dictadura pero maquilladas con hermosos atuendos democraticos aplaudidos por organizaciones internacionales (vaya, que hipocresia tan sofisticada).
¿Por qué estos individuos que viven y disfrutan del primer mundo halagan y adulan a los sistemas de estos países decadentes?; si tanto les atraen y desean, ¿Por qué no se van a vivir allí?
Lo que tengo más o menos claro, hasta ahora, es que muchos de estos individuos son intelectuales (seria más adecuado anteponer la partícula pseudo) y también los hay artistas y cantantes. Además hay unos cuantos políticos de los países desarrollados que se babean por los sistemas de esos pobres países, claro está, mientras disfrutan de los beneficios que le ofrece el país desarrollado que los protege; no desecho aquellos que no destacan en nada.
Como me gustaría resolver este enigma y misterio psico-social que me indigna.
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