Cuanta
gente viene al mundo y pasa la vida entera escenificando el guión de honesto,
honrado, sincero, ético, moral y en la vida práctica y real, todo es una farsa.
Por cierto, la palabra persona significa etimológicamente: mascara utilizada
por un personaje teatral.
Los
vemos serios, responsables y confiables. Les admiramos y respetamos porque nos
dan confianza y seguridad para creer en ellos. Lamentablemente, los humanos creemos en todo sin cuestionar.
Más
aun, ellos se convierten en modelos o patrones de conducta a seguir e imitar.
Los hay de todas las profesiones y dedicaciones: militares, políticos,
diplomáticos, jueces famosos, artistas de cine, empresarios, banqueros,
religiosos de alta jerarquía, presidentes, reyes y paremos de contar. Sin
embargo, muchos de ellos no son lo que aparentan; ellos tienen un disfraz y una
máscara que esconde la verdadera naturaleza de lo que son, para hacerle sentir
a la gente que son dignos y confíen en ellos. El colmo de los colmos es hablar
de preservación de la naturaleza y asesinar a un espectacular animal (podría
ser un elefante, una ballena, un tigre….).
Los
observamos a diarios por las calles, en lugares públicos, en la tele, en el
congreso, en los bancos, en los periódicos, en las arengas políticas antes de
las elecciones, dentro de las grandes empresas y por todos lados. En la vida
cotidiana es lo normal. La hipocresía es el nombre correcto y preciso.
Los
vemos muy a menudo y no nos damos cuenta. La apariencia hace la diferencia.
En
la naturaleza, muchos animales sobreviven mediante el mimetismo; en la vida
humana muchos sobreviven por las mascaras psicológicas y disfraces
conductuales.
La
diferencia extra ordinaria entre las criaturas de la naturaleza y el ser humano
es que los animales lo utilizan únicamente hasta el límite de lo necesario para
sobrevivir, en cambio el ser humano debido al ego, codicia y ambición lo
utiliza de manera ilimitada y abusiva para explotar al infinito y, engañar al
prójimo, haciéndole creer lo que no es.
Muy
a menudo muchos de estos personajes que alardean y presumen como pavos reales
de todas sus supuestas virtudes caen en desgracia porque algunos se dedican a
desenmascarar a estos tipejos, por el interés que sea. De esta manera han caído
en desgracia total y execrados de la sociedad: directores de fondos monetarios
internacionales, presidentes, jueces de alto rango, personajes de la realeza de
algún país, artistas de fama mundial y uno que otro banquero (saben cuidarse
muy bien porque tienen dinero para asesorías).
El
mensaje que trata de transmitir este articulo es que el mundo social en el cual
vivimos no es lo que uno cree ver y que los seres humanos estamos inmersos en
un mar de hipocresías. Muchos tontos lo creen todo y otros están al acecho para
aprovecharse de los tontos.
Todo
esto vendría a ser como la ecología social humana y la lucha por la
supervivencia; con la diferencia con respecto al mundo animal, que el
ingrediente ego contiene la codicia y la ambición, que son infinitos y sin
medida.
Cito
una sentencia interesante relacionada con este articulo .
“El secreto de la vida es la honestidad
y el juego limpio, si puedes simular
eso, lo has conseguido”
Groucho
Marx
2 comentarios:
Bien cierto, según leía, los curas han salido a la palestra de mi mente. Bs.
Hola emejota, casualmente los curas deberían dar los mejores ejemplos y muchos de ellos han llegado al nivel de la deprevación y degeneración; que verguenza que no haya todavia alguien que ponga orden
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