Lucha de clases y el manifiesto comunista son puras
falacias, utopías y distorsiones de la realidad.
La lucha de clases sociales es un purgante (laxante) en
muchas mentes estíticas (estreñidas).
La verdadera lucha de clases es la lucha entre todos aquellos
que tienen ambiciones. El aspecto más importante es que todos, absolutamente
todos los seres humanos tenemos ambiciones; unos tienen más y otros tienen
menos pero ahí está la esencia del asunto.
Actualmente, desde mi punto de vista, la lucha de clases es
la lucha de la elite gobernante y la sociedad, sin importar si se trata de un
sistema capitalista o comunista. La elite que gobierna es ambiciosa y quiere
dinero, privilegios y poder y se aprovechan de las masas con consignas
psicológicas que despiertan los complejos y problemas de auto estima de los
“desvalidos” y además, frustraciones de ambición: del que no tiene pero tiene
envidia.
Los gobernantes modernos se disfrazan de demócratas pero son
realmente tiranos por el simple hecho que no respaldan a las masas sociales
sino, más bien, a los grupos poderosos económicos de los cuales son socios y
aliados. En otras palabras, los gobernantes llegaron al poder por la ambición
constante y obsesiva.
Los grupos económicos poderosos no actúan visiblemente en la
política sino más bien de manera subrepticia utilizando a los políticos de
profesión (simbiosis de intereses). Poco a poco avanzan los malestares y la pérdida
de reivindicaciones logradas y comienzan las protestas. Lamentablemente, en la
mente de muchos jóvenes vienen ideas “muy bonitas” pero utópicas inducidas y
engañados por manipuladores, ambiciosos y adoradores del poder. Todos los seres
humanos somos ambiciosos, vanidosos y envidiosos; cuando se nos frustra esta
propensión, vienen nuestras reacciones de todo tipo; acción y reacción. Nos
ponemos camisas de guerrilleros redentores, etc..
Realmente existe un abuso de los poderosos del dinero; sin
embargo el punto fundamental es que las elites gobernantes son aliados, socios
de ellos y lo permiten. Por otra parte, las alternativas opcionales son iguales
o peores: comunismo, socialismo XXI y otras excentricidades que no son soluciones
sino más bien ambiciones del poder y dinero.
¿Qué es el populismo?, simplemente enardecer a una parte de
las clases sociales acomplejadas y ambiciosas, que están frustradas porque no
logran sus metas y así obtener un beneficio de poder. Unos cuantos mensajes
claves los alborotan y “despiertan” (más bien, los atontan y adormecen). El
populismo es ofrecer y prometer al pueblo mejoras en su bienestar y calidad de
vida que generalmente no son sustentables ni sostenibles; siempre, los ofrecimientos
populistas son meros engaños.
Aquellos hermosos tiempos de la España de la Democracia, la
libertad y del estado de bienestar, eran la envidia de muchos países, pero no
siempre todo va bien todo el tiempo y el estado de bienestar se convirtió en
estado de mucho malestar. Todo se revirtió.
La dirigencia de la Comunidad Económica Europea habló claro
y tajante: estamos aquí para defender los intereses de los poderosos; es lógico
que sea así porque los fundadores e ideólogos no eran precisamente siervos de
la gleba.
Bruselas apoya al igual que el FMI una rebaja de salarios
del 10 % con la estúpida excusa que la medida crea empleo. Claro está, los
grandes ejecutivos de todos estos organismos, los politicos y los burócratas no
asumen esa medida de recorte para ellos mismos. Hay un refrán latino americano
que resume muy bien este asunto: “cuchillada en barriga ajena no duele”.
Es interesante comentar que las transnacionales más grandes
de España están haciendo grandes fortunas en otros países, sin dejar utilidades
en España.
A estas alturas de mi vida el concepto de Democracia se me
ha hecho inentendible; pienso que nunca existió y nunca existirá; es una
utopía, una falacia, un engaño que unos pocos le hacen a la gran masa. La
supuesta democracia debe ser vigilada constantemente por la mayoría, pero la
mayoría es indiferente y la realidad es catastrófica.
Los seres humanos somos egoístas y solo pensamos en nosotros
mismos; somos las únicas criaturas conocidas del universo que somos así; muchas
criaturas, por ejemplo, muchos insectos trabajan para un bien común.
El asunto del dinero siempre es el mismo: los banqueros
reciben dinero muy barato de los contribuyentes y ahorristas; luego compran
deudas públicas en complicidad con los políticos que gobiernan y así obtienen
grandes utilidades sin riesgos porque el BCE vuelve a comprar todo aquello que
es de baja utilidad.
Siguiendo con el tema de la Democracia, las discusiones en
el parlamento son puramente políticas y nunca representan a las mayorías. El
parlamento es simplemente un lugar de luchas políticas entre los partidos para
obtener poder y dinero; jamás representan y defienden al colectivo social.
La actuación de la banca, transnacionales y los grandes
gestores del capitalismo, incluyendo burócratas del estado son los responsables
de las crisis económicas.
Mi conclusión final: no existe la lucha de clases planteada
por Marx sino más bien la lucha de los gobernantes (políticos) con sus aliados
invisibles (grupos económicos poderosos y, el llamado pueblo (ignorante,
ingenuo e indiferente).