Los borregos son animales hermosos pero
tienen la propensión de ser gobernados al antojo del amo: ni protestan ni se
dan cuenta. En las democracias ocurre algo muy similar cuando la mayoría de los
individuos se dejan manipular al antojo de sus gobernantes ("La democracia no está hecha para los
que se portan como borregos", Mahatma Gandhi).
Por otra parte, si el colectivo es necio
los gobernantes serán crueles, y esto es como una ley en física (“Los pastores serán brutales mientras las
ovejas sean estúpidas, Godin”)
Como todos los procesos de la existencia,
todo está sujeto a las leyes de la entropía y por tanto, todo tiende al
desorden aumentando así, los niveles entrópicos. Cada uno de los individuos que
componen la sociedad debe estar pendiente y vigilando a sus gobernantes,
dejando a un lado las superficialidades. Mantener una sociedad ordenada
(niveles de entropía social bajos), requiere de esfuerzo, energía y voluntad pero
al final es bienestar social.
Las democracias deben ser celosamente
vigiladas y cuidadas por la sociedad como una madre cuida a su bebe. No cuidar
y amar a la democracia es un acto de estupidez y ya no hay nada que hacer (“Contra la estupidez los propios dioses
luchan en vano”, Schiller)
Estos actos de estupidez van creando
gobiernos cada vez mas autoritarios y hasta tiránicos y todo se convierte en un
círculo vicioso (Las tiranías
fomentan la estupidez, Jorge Luis Borges).
Ya que hablamos
de estupidez humana, pienso que lamentablemente hay muchos seres humanos que se
aferran a ella como el oxido al hierro, (“solo tú, estupidez, eres eterna”, Antonio Gramsci); adicionalmente está muy
claro que un ignorante puede estudiar y deja de ser ignorante pero el que es
estúpido por vocación lo será por siempre,("Entre un ignorante y un
estúpido prefiero el ignorante... La ignorancia tiene solución, pero la
estupidez es eterna", Alberte Einstein)
Siguiendo nuestro viaje por la estupidez humana, continuemos comentando sobre las tiranías. Como todas
las tendencias, hay tiranías llamadas de derecha y las de izquierda; son
definiciones simbólicas simplistas en la mente humana pero funcionan y todos
las usamos. Aquellos que se auto-definen de izquierda, dicen defender a los
desprotegidos de la sociedad acuciados por las garras de sus opresores
capitalistas; y los que se autodenominan de derecha defienden la propiedad
privada, la libertad de expresión y en general el respeto a los derechos
fundamentales y naturales de los seres humanos, evidentemente, hasta ciertos límites
porque los sistemas de derecha radical sofocan a los ciudadanos hasta el
cansancio y el agobio.
Cada una de
estas tiranías tiene sus efectos y consecuencias que no son iguales para las
tendencias antes mencionadas de izquierda y derecha: (“Una tiranía de
derecha puede sacar a su país del subdesarrollo: hay muchos ejemplos históricos.
Una tiranía de izquierda hunde a su país en el subdesarrollo, pobreza, perdida
de derechos humanos y represión”, Sergei Caseyevsky). Además, todos los
tiranos tienen algo en común y es la distorsión entre lo que se aman a sí
mismos y las limitaciones de libertades hacia los demás (“El amor a la
libertad es amor al prójimo; el amor al poder es amor a sí mismo”, William
Hazlitt).
Continuemos rodando con el tema de los tiranos, cabe destacar que las tiranías generadas por las ideologías
sangrientas terminan en revoluciones sangrientas, (Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento la prueba judicial es
innecesaria. Estos procedimientos son un arcaico detalle burgués. ¡Esto es una
revolución!", Che Guevara)
La modalidad de tiranía con más éxitos en los tiempos actuales es destruir y acabar con los sistemas democráticos, de manera democrática; esto está ocurriendo especialmente en latino América; para ello tienen el apoyo de organizaciones internacionales y de muchos países. Claro está, no hay nada a cambio de nada y en estos casos el dinero de ciertos países es el combustible que enciende los motores.
Si alguien me
preguntara cual tipo de sistema preferiría, mi respuesta seria la siguiente: me
da igual si es de izquierda o derecha pero con la condición necesaria que se
respete el derecho a la propiedad, a la libertad de expresión, el derecho a
opinar sin ser perseguido, libertad de libre mercado, estado de derecho que
implique justicia para todos por igual, separación real y absoluta del poder
judicial y el ejecutivo (“Con separación de poderes nace estado de
derecho”, Montesquieu), inexistencia de
las uniones perversas entre políticos y grupos poderosos, existencia del estado
de bienestar, un sistema fiscal (Hacienda) que sea realmente justo sin
inclinaciones de los políticos a favorecer a los poderosos, castigo severo a
fraudes fiscales, evasiones fiscales y colocación de capitales en paraísos
fiscales, distribución más equitativa de las riquezas (lo cual se puede lograr
con una política fiscal justa, honesta e implacable), exterminio del populismo
y muchos aspectos más que impliquen realmente la propensión a la igualdad de
los seres humanos en cuanto a derechos se refiere, (“A vosotros y a mí se nos dice cada vez más que
tenemos que escoger entre izquierda o derecha, pero me gustaría sugerir que no
hay tal cosa como izquierda o derecha. Sólo hay arriba o abajo -arriba hacia un
sueño viejo como el hombre; la libertad definitiva compatible con ley y orden-
o abajo hacia el totalitarismo de hormiguero, e independientemente de su
sinceridad, sus motivos humanitarios, los que cambiarían nuestra libertad por
seguridad nos han embarcado en esta trayectoria hacia abajo”, Ronald Reagan)
Los tiranos saben muy bien lo que hacen para lograr
sus metas de poder: los gobiernos tiránicos tratan por todos los medios de propiciar
la ignorancia y distracciones de la sociedad; mientras más ignorantes son los
individuos, más beneficios obtienen. Esto es especialmente valido
para aquellos tiranos que llegaron al poder mediante el populismo, (“El
mejor aliado de los tiranos y de los gobernantes inmorales es la ignorancia
supina del pueblo, propiciada por ellos”, Mara).
¿Qué moviliza y
acciona a los seres humanos?, pienso que el miedo y el placer. Como todo en
nuestra existencia, el miedo maneja gran parte de nuestra vida. Si la sociedad
le tiene miedo a los que gobiernan, hay tiranía; al contrario ocurre cuando el
gobierno le teme al colectivo por su fuerza de voluntad, acción y autodeterminación
para que se respeten los derechos y el orden,("Cuando la gente le teme al gobierno hay
TIRANÍA. Cuando el gobierno le teme a la gente hay LIBERTAD" , Thomas
Jefferson
Cabe destacar que
las tiranías desvirgan el estado de orden de la justicia y según las tendencias
o propensiones de quienes gobiernan, la razón pierde sentido y los tontos pueden
dominar caóticamente todo, (“Donde no
hay justicia es peligroso tener la razón: los imbéciles son mayoría”, Francisco de Quevedo).
Por cierto, la
historia está llena de ejemplos de tiranos que padecían trastornos mentales y
hasta psicopáticos; el daño que causaron a la sociedad fue y es indescriptible:
violencia, crueldad, genocidios, hambre, pobreza y en general llevaron a los
individuos al nivel infra humano, ("Nada
más pernicioso que un individuo en apariencia normal que al estudiarlo
demostraría pertenecer a un grupo de trastornados mentales”, Salvador Allende).
¿Qué hacer
cuando la tiranía nos acosa y amenaza nuestras vidas?:
Lo más sensato
es la desobediencia civil lo cual implica desconocer la autoridad que no es legítima
y en ese momento comienza la razón de todo, ("El acto de
desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón", Erich
Fromm). Los tiranos
distorsionan la esencia de las leyes para lograr sus perversas metas de poder y
en ese momento es que el colectivo debe decir: basta!, ("Cuando
una ley es injusta, lo correcto es desobedecer"
Mahatma Gandhi).
Cabe destacar que los
gobiernos que no respetan los derechos naturales propenden a despreciar de
manera absoluta el sentido de la justicia y en ese momento comienza la tiranía; Los gobiernos tiránicos poco a poco van depravando y degradando las leyes a sus propios
intereses pero eso, tarde o tempranos los acaba y se revierte,(“Los
tiranos perecen por la debilidad de las leyes que ellos mismos han debilitado”,
Louis Antoine Saint-Just)
Un aspecto
fundamental en la degeneración de los gobiernos reside en el poder judicial. Cuando
los gobiernos van degenerando, la causa primera y fundamental es porque los
jueces también van degenerando; el estado de derecho, justicia, respeto a los
derechos humanos y el orden en general, esta soportado en gran parte por la
acción de los jueces; la responsabilidad que cargan es enorme. Cuando los
jueces se desvían de la esencia de sus funciones y cometen acciones indebidas
(por ejemplo, sentencias injustas), bien sea por dinero o por cualquier otra
causa, en ese momento están depravando el estado de derecho y se convierten
ellos mismos en los delincuentes mas detestables (“Desgraciada aquella generación cuyos jueces deberán ser juzgados”, El
Talmud).
Las culpas de los errores cometidos siempre
son causadas entre varios. En las llamadas democracias se cometen muchos
errores y fallas imperdonables, pero tanto los gobernantes como la sociedad son
los causantes de ello, ("Entre un
Gobierno que lo hace mal y un Pueblo que lo consciente, hay una cierta
complicidad vergonzosa, Víctor Hugo").
La gran pregunta es: ¿Quiénes son los
actores principales en la obra teatral de los gobiernos?; creo verlo de manera
simple y, pienso que esos grandes artífices del arte escénico en el arte de
gobernar, son los políticos. La política consiste en tratar de quedar bien con
todo el mundo; hay que quedar bien con aquellos que con el voto los colocan en
el poder y de igual manera deben satisfacer las apetencias y ambiciones de
aquellos que les proporcionan fortuna, (“La
política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres
con el pretexto de proteger a los unos de los otros”, Jacques Benigne Bossuet (1627-1704) Clérigo católico francés y escritor).
Me viene a la mente en estos momentos el
famoso tema de las luchas sociales y creo realmente que es una falacia y una utopía,
tal como lo planteaba un filósofo que por cierto, poseía propiedades privadas e incluso tenía el
equivalente de las acciones financieras actuales (proporcionadas por su íntimo
amigo, empresario y filósofo) y que contradictoria e hipócritamente su teoría
social proclamaba que lo excelso y último para la sociedad perfecta sería la
eliminación de la propiedad privada.
Pienso que la verdadera lucha es la
sociedad contra los gobiernos que no defienden los intereses del colectivo. La
sociedad debe luchar contra aquellos que los gobiernan malamente, que son
realmente sus enemigos; en eso consiste la libertad, (“La historia de la libertad es la de la lucha por
limitar el poder del gobierno.” Thomas Woodrow Wilson (1856 – 1924), 28º
Presidente de los Estados Unidos). Por cierto, ya que hablamos de políticos y
como me decía mi abuela, en un refrán: dime de qué alardeas y te diré de qué
adoleces; los políticos cuanto más hacen hincapié en algo y su lenguaje se hace
grandilocuente, mas nos engañaran con ello, (Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en
general, se vuelve la nobleza de su lenguaje, Aldous Huxley (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta inglés.)
Siempre estoy con el tema recurrente de los
políticos pero ellos son los que me obligan a mencionarlos todo el tiempo y
considero que los errores cometidos por los gobernantes (políticos) tanto por
incompetencia como por mala fé causan daños muy graves a la sociedad. De ellos
depende una sociedad sana y con bienestar (“Los
hombres de estado son como los cirujanos, sus errores son mortales”, François
Mauriac).
Todos deseamos de una manera u otra que las
cosas cambien, que las situaciones mejoren, que podamos vivir con mas bienestar
y menos esfuerzos inútiles, pero el cambio de lo externo depende de muchos
cambios que debemos realizar en nuestro interior (“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí
mismo”, León Tolstoi ). Realmente,
todo depende de todos nosotros.
Vivimos pendientes para la distracción y el
entretenimiento y siempre estamos indiferentes en vigilar a aquellos que nos
gobiernan y, es por esa causa que podemos pasar del estado de bienestar al
estado de pesadumbre y malestar, (“Más que
los actos de los malos, me horroriza la indiferencia de los buenos”, M. Gandhi) y terminaremos como borregos gobernados por un amo.
FIN DEL VIAJE POR LAS CITAS POLÍTICAS.